Enzimas proteolíticas en la inflamación
Autor: Felipe Hernández
TIPOS DE ENZIMAS
La EC (Enzyme Comisison) de la Unión Internacional de Bioquímica estableció seis grupos de enzimas. Clasificándolas conforme a las reacciones que catalizan. A saber:
1º. Oxidorreductasas: Posibilitan la oxidación y reducción biológica (asegurando la transferencia de electrones de un donante a un receptor, lo cual tiene una importancia decisiva en la respiración celular).
• Deshidrogenasas.
• Oxidasas y oxigenasas.
2º. Transferasas: Transfieren grupos químicos de una molécula a otra (transporta grupos enteros de moléculas desde el emisor hasta el receptor, transmitiendo toda una secuencia de aminoácidos de un punto a otro de la cadena).
3º. Hidrolasas: Catalizan reacciones de hidrólisis, transfiriendo grupos funcionales al agua.
• Esterasas (desdoblan compuestos lipídicos).
• Glucosidasas (desdoblan compuestos glucídicos).
• Proteasas (desdoblan compuestos proteicos, por ejemplo: proteínas).
4º. Liasas: Establecen o abren dobles enlaces entre átomos por adición o supresión de grupos químicos.
5º. Isomerasas: Trasladan grupos químicos dentro de la propia molécula.
6º. Ligasas: Sintetizan compuestos químicos, consumiendo energía.
• DNA - ligasas.
• Sintetasas.
• Carboxilasas.
Las enzimas utilizadas con fines terapéuticos son básicamente las hidrolasas proteolíticas, llamadas también proteasas.
Acción local o acción sistémica
En medicina se distingue entre aplicación local o tópica de un medicamento (pomada o polvo) y administración sistémica. El término sistémico indica que un medicamento se distribuye por todo el organismo (nunca es correcto del todo).
El concepto “enzimoterapia sistémica” significa que al organismo se le administran enzimas, de manera que estas puedan ser absorbidas inalteradas por el intestino en la mayor proporción posible.
En el caso de las enzimas proteolíticas (proteasas) su uso puede ser local, es decir, puramente digestivo, o sistémico (de acción global).
A nivel digestivo, las proteasas pueden ser utilizadas para mejorar las típicas “digestiones pesadas”, e incluso siempre que se desee actuar en sinergia con pre y probióticos para mejorar los procesos de digestión y asimilación. En estos casos (acción local) es necesario tomar las enzimas junto con la comida.
La Enzimoterapia Sistémica merece un capítulo aparte, ya que su campo de aplicación es amplio. Fue el científico alemán Dr. Max Wolf (1885-1976) quién retomó el estudio de las enzimas y se convirtió en el padre de la enzimoterapia sistémica oral. Se basó en los trabajos del profesor Freund sobre las hidrolasas y demostró que cuando estas fallan en su función, desempeñan un papel importante en el desencadenamiento del cáncer y, que el tipo, la cantidad y la calidad de las hidrolasas es de importancia primordial en todos los trastornos de salud. Fundó el “Instituto de Investigaciones Biológicas” en Nueva York y unió sus esfuerzos a los de la Dra. Helen Benítez. Se dedicaron a aislar y ensayar hidrolasas de origen animal, vegetal y microbiano. De esto Wolf llegó a la conclusión de que la administración del tipo, la cantidad y la calidad correctas de hidrolasas sería una medida fundamental para restablecer y mantener la salud.
Enzimas proteolíticas en la inflamación
En procesos inflamatorios se suele usar una mezcla de enzimas hidrolíticas y proteolíticas. Las proteasas más utilizadas son la papaína, la bromelaína, la tripsina, la quimiotripsina y pancreatina.
Numerosos procesos comparten como denominador común un proceso inflamatorio no controlado que se vincula a dos fenómenos muy específicos: el depósito de una proteína implicada en la coagulación de la sangre, la fibrina, en las zonas afectadas y/o la formación de inmunocomplejos. Todas estas enfermedades implican respuestas análogamente alteradas por parte de los diversos componentes del sistema inmunitario frente a sus procesos patológicos incontrolados.
BROMELAÍNA
La bromelaína es un nombre general para un extracto obtenido de Ananas comosus, la planta de la piña. Es una fracción proteínica proteolítica, aunque también contiene escarasa (fracción no proteolítica que se piensa es importante en la acción tópica), peroxidasa, fosfatasa ácida, varios inhibidores de la proteasa y calcio orgánico ligado.
Se le atribuyen cualidades antiinflamatorias, en gran medida por la inhibición de la formación de bradiquinina, como por limitación de la formación de fibrina, así como inmunomoduladoras, dado que algunos estudios sugieren que reduce la migración de leucocitos a la zona inflamada y evita la adhesión de los leucocitos a los vasos sanguíneos en las áreas de la inflamación. Ensayos in vitro sugieren que podría ser inhibidor específico de la ciclooxigenasa-2 (COX-2).
Las peptidasas regulan la producción de IFN-γ,TNF-α, IL-1β e IL-6 de forma dependiente de las condiciones inflamatorias. La secreción de TNF-α, IL-1β e IL-6 desde células mononucleares de sangre periférica (PBMC) obtenida de voluntarios sanos, así como de macrófagos de ratón sería estimulada in vitro por la bromelaína mediante un mecanismo dependiente de IFN-γ. Sin embargo, en situaciones en las que las células inmunes ya han sido estimuladas, la bromelaína reduce la producción elevada de TNF-α, IL-1β e IL-6. Por ejemplo, en presencia de lipopolisacárido (LPS), un inductor de la reacción de inflamación aguda, bromelaína reduce la expresión de dichas citoquinas Esta probable dualidad también ha sido observada en modelos in vivo, donde la bromelaína ha mostrado ser capaz tanto de mejorar como de inhibir las respuestas inmunes dependientes de células T, lo cual podría depender del entorno inmunológico particular en el que se la administra.
PAPAÍNA
La papaína es una sustancia proteolítica obtenida de Carica papaya (fam. Caricaceae). Se encuentra en el látex producido principalmente por el fruto de la planta (aunque puede ser obtenido de la planta entera). El latex contiene enzimas proteolíticas: papaína, quimiopapaína y lizosima. Y otras enzimas tanto con actividades exo-peptolíticas como endo-peptolíticas. Además, contiene ácidos orgánicos, carotenoides, vitamina A, C y E y sales minerales como potasio. La papaína es uno de los principales constituyentes del látex.
Algunos estudios confirman que la enzima papaína tiene una fuerte actividad antiinflamatoria y puede ayudar a reducir la inflamación de las articulaciones. Un estudio realizado en el Centro Médico de la Universidad de Maryland demostró que la papaína era efectiva para ayudar al organismo a disminuir la inflamación. Se han descrito también propiedades analgésicas.
Si bien la mayor parte de los estudios han sido realizados con bromelaína, o bien una mezcla de peptidasas (las más utilizadas: bromelaína, papaína, tripsina y quimiotripsina) y hay pocos estudios con otras enzimas utilizadas en exclusividad, los resultados terapéuticos sugieren que los mecanismos de acción de todas las proteasas puedan ser similares entre sí. Centrándose en su acción antiinflamatoria la mayoría de los resultados terapéuticos en enfermedades diversas.
PANCREATINA
contiene lipasas (hidrólisis de lípidos), proteasas (necesarias para la descomposición de proteínas) y amilasas (digieren azúcares). Se emplea frecuentemente en el tratamiento de la insuficiencia pancreática, fibrosis quística o en caso de pancreatitis (inflamación del páncreas). La adición de pancreatina a la TES puede contribuir a la degradación de las proteínas plasmáticas que invaden el espacio intersticial en caso de inflamación aguda y parece participar en la eliminación de mediadores de la inflamación.
Enzimas proteolíticas en la autoinmunidad
Cuando los anticuerpos se fijan a los antígenos, se forman los inmunocomplejos que transmiten señales a los macrófagos para que los destruyan. Estos inmunocomplejos activan también el sistema del complemento que es un conjunto de proteínas y glucoproteínas (entre las cuales se encuentran diversas enzimas) con tres funciones primordiales:
- Destrucción por “lisis” de partículas con cubierta (células cancerígenas, bacterias, virus)
- Preparación de los desechos celulares para que sean fagocitados por los macrófagos
- Regulación de la respuesta inflamatoria e inmunitaria que se produce a través de mediadores como histamina o serotonina, migración de monocitos, activación de moléculas de adhesión…
La consecuencia de todo esto es la destrucción tisular. En muchos casos esto es lo que inicia el proceso autoinmune. Enfermedades como la fibrosis pulmonar, la pancreatitis recurrente crónica, artritis reumaumatoide, esclerosis múltiple, espondilitis anquilosante… son procesos autoagresivos
Los preparados enzimáticos pueden detener esta destrucción como consecuencia de la interrupción enzimática de la cascada del complemento. La disgregación enzimática de los inmunocomplejos patógenos y la activación de los macrófagos.
Enzimas proteolíticas en la Artritis Reumatoide
Innumerables estudios científicos confirman que esta enfermedad está asociada a niveles elevados de inmunocomplejos. Y, al igual que el resto de las enfermedades autoinmunes, se suele tratar con medicamentos antiinflamatorios e inmunosupresores con resultados bastante insatisfactorios.
La terapia con enzimas proteolíticas en la artritis reumatoide (AR) permite calmar los síntomas externos como la rigidez matinal, el dolor, la debilidad prensil y la pérdida de amplitud de las articulaciones y, además, actúa sobre la causa misma de las afecciones reumáticas. Las enzimas lisan la fibrina acumulada por los complejos inmunes tisulares y con ello suprimen su camuflaje, asegurando el ataque eficaz de los complejos inmunes, su fragmentación, su liberación tisular y su evacuación.
Desde el inicio de su toma hasta que aparecen los primeros síntomas de mejoría pueden transcurrir de dos a tres meses. Algunos pacientes durante la primera semana de enzimoterapia experimentan un empeoramiento del dolor articular, posiblemente a causa de la movilización de los inmunocomplejos de los tejidos. Por lo general, la mejoría comienza a las tres semanas de tratamiento. La enzimoterapia ha demostrado utilidad en algo más del 50% de los pacientes con artritis reumatoidea.
En un estudio clínico de seis meses en Austria demostró que el efecto de la ingestión de mezclas proteolíticas era superior al efecto de algunas terapias básicas para AR). Mayor número de pacientes reumáticos en estados avanzados de la enfermedad experimentaban una mejoría, con una tolerancia claramente superior.
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